«Parecían de la realeza de Hollywood… pero la verdad era otra» 🎬💔 Janet Leigh y Tony Curtis fueron la pareja de oro de los años 50, pero detrás de sus deslumbrantes sonrisas había una historia que pocos conocían. Su romance, su ascenso y su silencioso desenlace se recogen en el siguiente artículo -junto con fotos raras que no querrás perderte 👇.
Fueron una de las parejas más glamurosas y comentadas de la década de 1950. El mundo conocía a Janet por su papel en «Psicosis», mientras que Tony era más recordado por su aparición en «Some Like It Hot» actuando junto a M. Monroe. Con su aspecto impecable y su talento cinematográfico, ambos formaron un romance de cuento de hadas que creó la imagen perfecta de la realeza de Hollywood en la época dorada del cine.
Curtis, con su carisma y masculinidad, y Leigh, con su acentuada elegancia y feminidad, se sentían atraídos el uno por el otro. En 1951 se casaron en una ceremonia privada y su boda fue noticia por sí misma. Los cónyuges protagonizaron juntos películas como Houdini, donde demostraron la química que había entre ellos en la pantalla cautivando a los espectadores.
Sin embargo, no todo fue tan tranquilo como podría parecer a los fans. La gran fama, el gran éxito y las presiones de Hollywood les pasaron factura y la paz en su relación empezó a desvanecerse. Esto les llevó a divorciarse en 1962, tras más de una década juntos. Durante su matrimonio tuvieron dos hijas: Kelly y Jamie. Jamie siguió su carrera y protagonizó películas como Halloween.
A pesar de su separación, siguieron siendo co-padres y amigos íntimos. Su relación siempre ha sido una parte inseparable de sus vidas. Su unión estuvo llena de plenitud, armonía y respeto mutuo. Su asociación personal y profesional ha tenido un gran impacto en la industria del entretenimiento.