Por qué no hay muchos huertos en Finlandia, ni siquiera en el campo

«Una nación de amantes de la naturaleza… ¿pero sin tomates de traspatio?». 🌱❄️ En Finlandia hay lagos vírgenes, arándanos silvestres y senderos forestales interminables, pero no muchos huertos. Los duros inviernos, los cortos veranos, el suelo rocoso y una cultura que prefiere la búsqueda de alimentos a la agricultura explican por qué. Descubre la verdadera razón por la que los finlandeses no se dedican a la agricultura: la historia completa en el siguiente artículo 👇

Finlandia es conocida por su aire puro, sus impresionantes paisajes y su profundo amor por la naturaleza. Por eso puede sorprender que, en un país en el que mucha gente es propietaria de su propia casa, los huertos en los patios traseros sean bastante raros. Si pasea por los barrios finlandeses o las zonas rurales, verá mucho césped y macizos de flores, pero casi ningún huerto de patatas o tomates. ¿A qué se debe?

Empecemos por lo básico: El clima de Finlandia no es muy favorable a la jardinería. Con inviernos largos y rigurosos y un verano muy corto, la temporada de cultivo suele durar sólo 3 ó 4 meses, incluso en las zonas más meridionales del país. Una helada repentina a principios de junio o un gélido comienzo de agosto pueden acabar con plantas delicadas en un abrir y cerrar de ojos.

Incluso cuando el tiempo mejora, puede ser impredecible. En Finlandia, los veranos pueden ser muy húmedos o muy secos, lo que dificulta el cultivo de tomates o pepinos sin invernadero. Y como cultivar en invernadero requiere mucho trabajo y energía, muchos finlandeses deciden que no merece la pena.

También está el problema de la luz solar. Los días de invierno en Finlandia son muy cortos, y para cultivar plántulas como tomates o pimientos en interior (que suelen empezar a brotar en febrero), se necesitan lámparas especiales. Pero los finlandeses son prácticos y frugales. ¿Por qué malgastar electricidad cuando es más fácil y barato comprar plantones u hortalizas en la tienda?

De hecho, la agricultura finlandesa se ha comercializado cada vez más. Las granjas locales y los centros de jardinería ofrecen de todo, desde plantones hasta plantas completamente crecidas con productos maduros. Durante los meses más cálidos, surgen puestos ambulantes que venden bayas frescas, guisantes, miel y productos lácteos. Así que, en vez de cultivar verduras ellos mismos, a muchos finlandeses les resulta más fácil comprar lo que necesitan directamente en estos puestos.

Culturalmente, el estilo de vida finlandés se inclina más por la recolección que por el cultivo. Los bosques están por todas partes, y buscar comida es un pasatiempo muy apreciado. En verano y otoño, muchos salen a recolectar arándanos silvestres, arándanos rojos, setas y mucho más. Es una tradición pacífica y gratificante que requiere menos esfuerzo que cultivar un huerto, y está profundamente arraigada en la vida finlandesa.

Otro factor es la propia tierra. Gran parte de Finlandia es rocosa y montañosa, ideal para construir casas, pero no para cultivar. Para cultivar cualquier cosa, a menudo hay que comprar y transportar tierra de buena calidad, lo que supone un coste adicional. Incluso los arbustos de bayas se cultivan a veces en grandes macetas llenas de tierra comprada.

Y como los precios del suelo son altos, muchos propietarios tienen patios pequeños, lo que deja poco espacio para los huertos.

Por último, las casas de verano finlandesas, o mökkis, se construyen para descansar, no para trabajar. Cuando los finlandeses se escapan al campo, quieren relajarse, pescar, disfrutar de la sauna y contemplar la paz del paisaje. Cavar y desherbar un jardín no forma parte precisamente de esa idea.

Y, sinceramente, parecen muy contentos por ello.

¿Ha visitado alguna vez un lugar donde la jardinería no fuera habitual? ¿O prefieres recoger alimentos silvestres a cultivarlos tú mismo? Comparte tu opinión en los comentarios, ¡nos encantaría conocerla!

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