Una mujer cree haber visto un pajarito feliz, pero una mirada más atenta revela algo totalmente inesperado

«Pensó que era un pajarito sonriente, pero luego lo amplió» 📸🪵 Mientras hacía senderismo en Australia, una mujer se emocionó al ver lo que parecía un adorable pájaro parecido a un búho. Pero un vistazo más de cerca reveló algo hilarantemente inesperado. Mira la foto y el sorprendente giro en el siguiente artículo 👇

Kym Beechey estaba disfrutando de una tranquila caminata por el Parque Nacional de Popran, en Australia. Con la cámara preparada, caminaba lentamente por el sendero, deteniéndose a menudo para sacar fotos de las flores silvestres y empaparse de la belleza de la naturaleza.

Normalmente, Kym no es lo bastante rápida para captar animales en movimiento, sobre todo pájaros que se alejan en cuanto ven a alguien cerca. Pero ese día pensó que su suerte había cambiado.

Vio lo que parecía un pájaro diminuto y alegre sentado tranquilamente en una rama. Le recordó a una cría de boca de rana leonada, un ave parecida al búho con una cara ancha y expresiva. Este incluso parecía sonreír.

Entusiasmada, Kym sacó con cuidado su teléfono y acercó el zoom para obtener una foto mejor, asombrada de que el pájaro aún no hubiera salido volando.

Pero cuando miró más de cerca, se dio cuenta de que algo no iba bien.

El «pájaro» no se movía en absoluto. ¿Y esa sonrisa? Demasiado perfecta.

Fue entonces cuando se dio cuenta de que no era un pájaro.

Era una vaina de banksia.

Estas vainas crecen en los árboles de banksia, nativos de Australia, Nueva Zelanda y Papúa Nueva Guinea. Desde lejos, pueden parecer extrañamente animales o, en este caso, un pájaro sonriente.

Las vainas de banksia se comparan a menudo con las piñas de pino, aunque proceden de árboles completamente distintos. El tamaño y la forma de las vainas varían según la especie. Una especie, llamada Banksia grandis, produce vainas grandes y robustas que incluso se utilizan para artesanía en madera.

Incluso después de que caigan las flores de la banksia, los conos siguen creciendo y acaban abriéndose para liberar sus semillas. La forma única en que se abren les confiere su gracioso aspecto, a menudo similar a una cara.

Puede que Kym no consiguiera la foto que esperaba, pero se rió mucho y se llevó una foto peculiar y una historia divertida que contar.

¿Alguna vez te has dejado engañar por algo de la naturaleza? Cuéntanos en los comentarios si alguna vez has confundido una planta o un objeto con un animal.

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