La novia notó que el anillo del novio era diferente — y la boda se detuvo

Para todos los invitados era un día perfecto.
Un arco blanco cubierto de rosas, la música, el sol reflejándose en las copas de champán — todo parecía impecable.
Emma y Daniel habían preparado la boda durante casi un año, eligiendo cada detalle: desde las flores de las mesas hasta la inscripción en la tarta.
Pero en el momento en que el sacerdote pronunció las palabras: «Intercambiad los anillos», ocurrió algo que nadie podía prever.

Cuando el novio extendió la mano para poner el anillo en el dedo de la novia, Emma se quedó inmóvil.
Por un segundo todo alrededor enmudeció.
Miró el anillo, y en su mirada apareció primero la sorpresa — luego la inquietud.
Era distinto.
No era el que habían elegido juntos unas semanas antes.
Sus anillos eran iguales, con una inscripción en el interior — sus nombres y la fecha de la boda.
Pero aquel era un poco más ancho, sin grabado, y brillaba como nuevo.

«No es nuestro anillo», susurró apenas.
Los invitados se miraron entre sí.
Daniel palideció, como si lo hubieran descubierto en algo.
Intentó sonreír y decir que quizá el joyero se había equivocado.
Pero Emma vio algo que nadie más notó — dentro del anillo estaba grabado el nombre de otra mujer.

Lo sacó de su dedo y lo mostró a todos: en el interior se leía — “Para Anna, por siempre”.

El silencio duró una eternidad.
Alguien carraspeó incómodo, otros apartaron la vista.
Daniel trató de explicarse, dijo que era un anillo viejo, que se había confundido, que no era lo que parecía.
Pero Emma ya estaba apartada, con las manos temblorosas y la mirada llena de dolor.

La boda nunca se celebró.
Y aquel anillo con un nombre ajeno fue tema de conversación durante mucho tiempo — porque nadie entendió por qué el novio llevó precisamente ese.

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