«Una foto, un tatuaje en la cara… y todo cambió» 😳 Cuando un joven de 19 años publicó una selfie que ahora se ha vuelto viral con la palabra «DEVAST8» en la mandíbula, nadie esperaba lo que vendría después. Su pasado, sus remordimientos y la foto que lo desencadenó todo: la historia completa en el artículo a continuación 👇
Mark Cropp, un joven de 19 años de Nueva Zelanda, nunca imaginó que una simple publicación en Facebook cambiaría su vida, pero así fue. Desesperado por darle un giro a su vida, subió una foto suya junto con una petición de trabajo. Lo que llamó la atención de todos no fue solo la historia, sino el llamativo tatuaje que se extendía por su mandíbula y en el que se leía «DEVAST8».
El tatuaje, que se hizo mientras estaba en prisión, se ha convertido en un gran obstáculo en su búsqueda de empleo. El tatuaje, diseñado por su propio hermano, tenía como objetivo intimidar. Originalmente iba a ser mucho más pequeño, pero se convirtió en un tatuaje que abarca toda la mandíbula después de que los dos consumieran una bebida casera hecha con manzanas, azúcar y pan tras las rejas.
Antes de ir a la cárcel, Cropp parecía una persona completamente diferente. Fotos recientemente publicadas muestran a un adolescente de rostro aniñado sin ningún tatuaje a la vista, lo que contrasta radicalmente con la imagen endurecida que tiene ahora.
Cropp fue encarcelado con solo 17 años por delitos que incluían robo a mano armada, agresión con arma y fuga de la custodia. Admite haber cometido los delitos por desesperación, después de que lo echaran de su casa con su novia embarazada y necesitara una forma de sobrevivir.
Desde su liberación, Cropp ha recibido numerosas ofertas de trabajo gracias a la publicación viral, pero sigue esperando una que le ofrezca estabilidad, un vehículo y ingresos suficientes para mantener a su joven familia. Quiere una oportunidad real para reconstruir su vida.
Aunque afirma que el tatuaje tiene un profundo significado personal, vinculado al vínculo con su hermano y su pasado compartido, Cropp está considerando seriamente eliminarlo. «Sé que seguirá frenándome», admitió. «Y quiero ser alguien en quien mi familia pueda confiar».
Cropp también espera que la gente vea más allá de la tinta y comprenda que todo el mundo merece una segunda oportunidad. «No se puede juzgar a alguien por su cara», dijo. «Pero entiendo que es lo primero que ve la gente. Por eso tengo que cambiar».
¿Crees que alguien con un tatuaje en la cara merece una oportunidad justa para empezar de nuevo? ¡Comparte tu opinión en los comentarios!