«Del agotamiento a la vida en autobús 💔🚍❤️» – Tras tocar fondo, Adam y Jessica recogieron a sus hijos, compraron un viejo autobús escolar y lo convirtieron en un acogedor hogar sobre ruedas. Cuatro años después, han ahorrado dinero, han sanado su relación y han ganado una vida inolvidable. Mira las impresionantes fotos de su mudanza en la historia completa a continuación 👇🌍.
Las fotos de esta familia aventurera y su preciosa casa transformada en autobús están inspirando a gente de todo el mundo.
El movimiento furgonetero está en auge en Europa y Estados Unidos, y reúne a un número cada vez mayor de personas que sueñan con la libertad y los viajes. Las comunidades en línea ofrecen consejos y ánimos, y a menudo se convierten en el empujón que alguien necesita para salir de la rutina.
Eso es exactamente lo que le ocurrió a una pareja estadounidense. Enfrentados a problemas personales y económicos, decidieron arriesgarse con un estilo de vida que podría acercarles y salvar su relación.
Hace cuatro años, Adam Serr tocó fondo. Su mujer, Jessica Rucha, se quedaba en casa para cuidar de sus dos hijos pequeños, y Adam cargaba con todo el peso de las finanzas familiares. La presión le llevó a problemas con el alcohol y, aunque la rehabilitación podría haberle ayudado, no era una opción: no podían permitirse perder sus ingresos.
Todo cambió cuando Adam se topó con un post en un foro sobre un grupo de jóvenes británicos que viajaban en una furgoneta transformada. La idea despertó algo. Compartió el sueño con Jessica: ¿por qué no probar la vida en furgoneta? Les llevó un año entero prepararse; después de todo, viajar con niños es un desafío completamente diferente.
En 2018, compraron un viejo autobús escolar por unos 2.000 dólares. Con trabajo duro y determinación, lo convirtieron en un espacio cálido y totalmente habitable.
Ahora, han viajado por innumerables ciudades, a menudo parando en impresionantes parques nacionales. Sus hijos, ahora en la escuela, estudian en línea desde la carretera. La pareja está más unida que nunca y su familia incluso ha crecido con uno más.
Sorprendentemente, la vida en la carretera es menos cara. Sin alquiler ni facturas de servicios, ahora gastan unos 700 dólares al mes en comida, teléfono y combustible. Además, el espacio compacto les impide comprar cosas innecesarias, lo que les ayuda a ahorrar.
Adam mantiene a la familia con trabajos a tiempo parcial y vendiendo recuerdos hechos a mano, mientras Jessica gestiona su día a día en la carretera. Sólo compran dos veces al mes, y dedican el resto del tiempo a explorar y estar con sus hijos.
Jessica admite que puede que con el tiempo se instalen en una casa con jardín, pero por ahora es en la carretera donde se sienten más vivos.
¿Te imaginas cambiar tu casa por un autobús y una vida de viajes? Comparte tu opinión.