«Tras la ruptura, se mudó a este contenedor» 📦🌿 Cuando la vida le dio un vuelco, un hombre no se limitó a empezar de nuevo, sino que redujo su tamaño de la forma más inesperada. Su historia no es lo que piensas. Mira cómo vive ahora en el siguiente artículo 👇
Tras sufrir una ruptura, Jay Adler, de Gloucestershire, no se limitó a mudarse: cambió por completo su forma de vivir. A principios de 2020, mientras el mundo ya atravesaba suficiente caos, Jay le dio un giro personal a su propia historia cambiando una casa típica por algo mucho menos convencional.
«Vivía lo que muchos llamarían una vida normal», dice. «Pero no la sentía como mi vida: simplemente sucedió». La separación le hizo replantearse todo.
Jay ya regentaba un pequeño bar con un amigo, y no era un local corriente: funcionaba en dos viejos contenedores de construcción. El concepto le tocó la fibra sensible. Cuando el divorcio fue definitivo, pensó: ¿por qué no vivir en uno?
No perdió el tiempo. Encontró a una propietaria que tenía un contenedor libre y le preguntó si podía mudarse y pagar la parcela y los servicios. Aceptó. En julio de ese año, ya estaba instalado en su nuevo hogar.
Jay gastó unas 300 libras en conectar el contenedor al agua y la electricidad. Era un presupuesto ajustado, pero consiguió hacerlo habitable. Aunque no es lujoso, Jay dice que le da todo lo que necesita y le ayuda a ahorrar mucho dinero.
Sólo hay un inconveniente: tiene que llevar la colada a la lavandería más cercana. Pero ni siquiera eso le molesta demasiado. Ya está ahorrando para su próximo paso y aprecia la paz que le ha aportado esta vida sencilla.
Vivir en un contenedor le ha empujado a salir más a la calle, disfrutar de largos paseos y fijarse en las pequeñas cosas que antes pasaba por alto. Lo que empezó como una elección de vivienda inusual se ha convertido en un cambio de estilo de vida del que no se arrepiente.
¿Cambiarías alguna vez una casa tradicional por algo tan poco convencional? Comparte tu opinión en los comentarios.