La verdadera razón por la que los hombres europeos usaron pelucas durante siglos, y no tenía nada que ver con la moda

«Esas pelucas no eran sólo cuestión de moda» 🎩🕰️ Todos hemos visto los retratos de hombres con imponentes pelucas empolvadas. Pero pocos saben lo que realmente provocó la moda en Europa. La razón podría cambiar tu forma de ver la historia. Historia completa en el siguiente artículo 👇

Si alguna vez has mirado retratos de la Europa de los siglos XVII o XVIII y te has preguntado por qué tantos hombres llevaban esas enormes pelucas empolvadas, quizá te sorprenda conocer la verdadera razón. No se trataba de estilo o elegancia, sino de ocultar una inquietante crisis sanitaria.

Por aquel entonces, Europa luchaba contra la llamada «enfermedad de Cupido»: la sífilis. Antes de la medicina moderna, la enfermedad se propagaba rápidamente y sus síntomas eran devastadores: llagas, pérdida de visión y, a menudo, caída total del cabello. Y no sólo afectaba a los campesinos: la realeza, los políticos y los líderes militares corrían peligro.

Quedarse calvo se consideraba vergonzoso. El cabello se asociaba con la salud, la masculinidad y un alto rango social. El cristianismo también reforzaba estas ideas, considerando el cabello como un símbolo de fuerza y virtud. Por eso, cuando la sífilis acababa con el cabello de la gente, muchos recurrían a las pelucas para ocultar la verdad.

Uno de los primeros hombres en adoptar la peluca fue el rey francés Luis XIII. Empezó a perder el pelo en la adolescencia, lo que hizo temer a la opinión pública si era lo bastante fuerte para gobernar. Su hijo, Luis XIV, no se limitó a llevar pelucas, sino que las puso de moda.

Pero había algo más que ocultar una enfermedad. En aquella época, bañarse estaba mal visto. Muchos médicos advertían que el agua podía dejar entrar enfermedades en el cuerpo a través de la piel. Por eso la gente evitaba lavarse el pelo y se lo afeitaba.

Para mantenerse «limpios», llevaban pelucas empolvadas con harina o almidón, a menudo perfumadas con lavanda para enmascarar los olores y repeler a los insectos. Naturalmente, las pelucas atraían a los piojos, pero era más fácil deshacerse de una peluca infestada de bichos y comprar una nueva que lidiar con el pelo de verdad.

La cultura de las pelucas acabó desapareciendo en Francia tras la Revolución, cuando los ciudadanos empezaron a rechazar todo lo que estuviera ligado a la antigua monarquía, incluida la moda. Poco a poco, el resto de Europa siguió el ejemplo.

El único lugar donde las pelucas perduraron fue el Reino Unido. Allí, los funcionarios de los tribunales, como jueces y abogados, tuvieron que llevar peluca hasta bien entrado el siglo XXI. La tradición desapareció en 2008, poniendo fin a una costumbre centenaria.

¿Le ha sorprendido este giro histórico de la moda? Comparta su opinión en los comentarios.

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