Todas las mañanas tenía que levantarme temprano y calentar la cerradura de la puerta de nuestro patio con un secador de pelo ¡solo para salir! 🥶😩 ¡La cosa es que las puertas y cerraduras con llave tienden a congelarse y oxidarse lo que causa mucha incomodidad! ¡😬🙄 Un día, mi vecino no podía ignorar mis luchas y compartió un 💯% método de trabajo cómo resolver este problema! ✅💪 ¡Lo compartiré contigo también en este artículo! 👇
Hace un tiempo, instalamos una cerradura de código digital en la puerta de nuestro patio, pero rápidamente nos arrepentimos cuando llegó el invierno. Cada temporada de frío, me encontré corriendo fuera temprano en la mañana para calentar la cerradura con un secador de pelo sólo para salir del patio.
Era la misma rutina año tras año, hasta que una mañana, mientras hacía mi ritual habitual con el secador, vino mi vecino.
«¿Está completamente helado?», me preguntó.
«Sí», suspiré. «Hay que calentarlo constantemente, sobre todo después de que llueva y se congele».
«¿Puedes quitarlo?».
«Claro».
«Bueno, tengo algo para ti que te ahorrará la molestia de usar ese secador todos los inviernos».
Ha trabajado en los campos petrolíferos del norte durante décadas, volvió a su casa y regresó en un par de minutos con un pequeño tubo.
«Toma esto», dijo. «Es sólo un poco, pero hoy ya lo he compartido con casi todos los vecinos».
«¿Compartido qué?»
«Esto», respondió, entregándome un paquete amarillo.
Dentro había una grasa que permanece líquida incluso a temperaturas extremas, de -60°C a +120°C. El fabricante recomienda utilizarla para proteger los equipos de la congelación o el sobrecalentamiento, ya que ayuda a expulsar la humedad sin alterar la consistencia de la grasa, manteniéndola flexible.
Explicó que esta grasa se utiliza habitualmente en las estaciones de perforación, pero los trabajadores también la encontraron útil de formas más inesperadas, especialmente para lubricar cerraduras. La condensación puede hacer que las cerraduras se congelen y queden inservibles, pero esta grasa impide que se acumule humedad en el interior del mecanismo, lo que garantiza que la cerradura siga funcionando todo el invierno.
Para utilizarla, basta con aplicarla generosamente sobre la cerradura, asegurándose de que penetra en todos los recovecos. Después, olvídese de que la cerradura se congele durante el resto de la temporada.
Lo que hace que este producto sea tan eficaz es que no reacciona con el agua como la grasa normal, que puede formar una emulsión espesa y helada. A diferencia de las grasas habituales, ésta no se congela ni se endurece, y es fácil de retirar de la cerradura en caso necesario.
Esta grasa es imprescindible en el Norte. Los lugareños suelen desenroscar sus cerraduras, llenarlas por completo con la grasa y evitar la molestia de descongelar las cerraduras congeladas después de una tormenta. Él mismo conoció este remedio al principio de su carrera, cuando su equipo de recién llegados no pudo ni siquiera entrar en su casa después de que la cerradura se congelara. Los trabajadores tuvieron que volver a la torre de perforación y utilizar una cizalla para entrar en su propia casa. Los trabajadores experimentados se burlaron de los recién llegados al principio, pero luego se apiadaron de ellos y compartieron el secreto de esta solución mágica.
Ahora, siempre tengo a mano un tubo de esta grasa. No sólo protege las cerraduras y los mecanismos de la congelación, sino que también evita la oxidación, garantizando que todo se mantenga en perfecto estado de funcionamiento incluso en las condiciones invernales más duras.