Mi marido y yo estábamos hartos de nuestro feo dormitorio y nos dimos cuenta de que ¡era hora de hacer cambios! 🥱😤 Con una reforma antigua y un diseño anticuado, su estado dejaba mucho que desear, ¡pero contratamos a NINGÚN DISEÑADOR y remodelador! 💪😎 ¡En lugar de eso, tomamos la situación en nuestras manos a pesar de los murmullos que había alrededor! 👨🔧⚒️ ¡Lo que hemos conseguido al final os dejará sin palabras, así que mostraré las fotos del antes y el después en este artículo! 👇
Hartos de vivir en un piso en el que el dormitorio llevaba más de 20 años sin actualizarse, mi marido y yo decidimos que era hora de hacer una reforma a fondo.
Después de retirar los muebles anticuados, despegar el papel pintado amarillento y quitar el linóleo desgastado, comenzamos el proceso de renovación del espacio. El resultado fue impresionante.
Elegimos colores claros y cálidos para la habitación, pero evitamos el blanco liso. En su lugar, mi marido y yo optamos por un tono suave y cremoso que no sólo amplió la habitación, sino que también le dio un toque de calidez.
Para evitar las paredes en blanco, añadimos paneles florales y los enmarcamos para darles un toque más personalizado. Además, no escatimamos en la cama y apostamos por un diseño de alta calidad, en el que destaca el cabecero.
A pesar del tamaño compacto de la habitación (sólo 9 metros cuadrados), nos las arreglamos para meter una cómoda, un armario y un tocador. El armario, aunque pequeño en apariencia, es sorprendentemente espacioso gracias a su diseño en ángulo, que proporciona un amplio almacenamiento sin comprometer el espacio.
La transformación convirtió nuestro dormitorio, antes cansado, en un refugio acogedor y funcional, demostrando cómo un diseño inteligente puede hacer que hasta el más pequeño de los espacios resulte elegante y confortable.