¿A cuántos de ustedes les gusta comer trigo sarraceno? 🤔🤨 ¡No es un maíz popular en Europa y este agricultor alemán explica por qué! 💯🤫 ¡Es casi imposible encontrarlo ya que hay factores que no permiten a los agricultores de allí cultivarlo en grandes cantidades! 🙄🚫 ¿Te interesa por qué? 🧐 ¡Voy a compartir la razón en este artículo! 👇
Un agricultor alemán compartió recientemente ideas sobre por qué el trigo sarraceno no es un cultivo popular en Europa. Según él, el trigo sarraceno es notoriamente difícil de cultivar y es muy sensible a los factores ambientales, por lo que no es adecuado para la mayoría de los climas europeos.
En primer lugar, el alforfón no tolera bien el calor, por lo que muchas regiones de Europa quedan descartadas desde el principio. Tampoco le sienta bien la humedad: el exceso de agua hace que se pudra. El peor factor, sin embargo, es el viento, que puede ser muy perjudicial para esta delicada planta.
El alforfón crece mejor en suelos ricos, fértiles y oscuros. Aunque esto pueda parecer ideal, también tiene un inconveniente importante: el alforfón agota los nutrientes del suelo, por lo que requiere que la tierra descanse después de cada cosecha. Esta elevada demanda de nutrientes dificulta la rotación de cultivos.
Pero quizá el mayor reto para el trigo sarraceno en Europa sea su resistencia a los fertilizantes. A diferencia del trigo, que puede aumentar drásticamente su rendimiento cuando se fertiliza, al trigo sarraceno no le afectan los nutrientes adicionales. No importa cuánto fertilizante se utilice, el rendimiento será más o menos el mismo. En Europa, un agricultor puede cosechar sólo 10-12 quintales de trigo sarraceno por hectárea, pero en el caso del trigo, el rendimiento puede alcanzar los 90 quintales por hectárea o más, lo que supone una asombrosa diferencia de ocho veces.
Además, el alforfón es muy vulnerable a los pesticidas y herbicidas: no sólo los tolera, sino que muere mucho más rápido que las malas hierbas cuando se expone a ellos. Los métodos agrícolas modernos, como la ingeniería genética, han sido incapaces de mejorar la resistencia del alforfón, que no se ve afectado por los intentos de alterar su composición genética. Esta incapacidad para adaptarse a las prácticas agrícolas habituales limita aún más su atractivo.
La cosecha del alforfón también requiere mucho trabajo. A diferencia del trigo, que puede cosecharse con maquinaria normal, el alforfón requiere equipos especializados y una velocidad de recolección mucho mayor. Su estructura única, carente de la tradicional «espiga», complica aún más el proceso.
El procesado del alforfón no es menos exigente. Requiere varios pasos, como secar, airear, tostar e incluso romper las semillas, lo que lo hace mucho más complejo que el tratamiento relativamente sencillo del trigo.
Estas dificultades hacen del alforfón un cultivo poco práctico para la mayoría de los agricultores europeos. Dados los elevados costes asociados a su cultivo, procesamiento y menor rendimiento, el trigo sarraceno sencillamente no es económicamente viable para la agricultura a gran escala en Europa. Por eso sigue estando ausente de la dieta europea, en la que predomina el trigo.
En países como el nuestro, donde el trigo sarraceno es más accesible y asequible, es un cultivo que podemos disfrutar mientras los europeos no pueden cultivarlo debido a estas limitaciones prácticas y medioambientales.