El amor no conoce edad: cómo esta mujer de 68 años encontró la felicidad en Zanzíbar

6️⃣8️⃣ Una mujer de 68 años llamada Lidia encuentra un nuevo amor tras perder a su marido y demuestra que ¡la vida sólo empieza! 🤫💘 ¡Se enamoró de un hombre llamado Jabaron de Zanzíbar después de que su hija la inscribiera en un popular sitio web de citas! 🤭💌 Aunque él es varias DÉCADAS más joven que ella, ¡esto no detuvo a la mujer! 🤷‍♀️🫣 ¡Respira hondo antes de que comparta sus románticas fotos en este artículo! 👇

En 2014, Lidia Yatsuk, de Kiev, perdió a su marido y entró en una tranquila jubilación, centrada en pasar tiempo con sus nietos. Pero unos años más tarde, todo cambió cuando conoció a un joven llamado Jabarom, de Zanzíbar.

Jabarom había venido a Ucrania a estudiar en una universidad local y, cuando se cruzaron, ya dominaba la lengua ucraniana. La hija de Lidia, por capricho, inscribió a su madre en un popular sitio web de citas, donde Lidia y Jabarom empezaron a chatear.

Con el tiempo, Lidia se sintió atraída por la amabilidad y el encanto de Jabarom y, al cabo de un tiempo, le invitó a visitarla. Antes de que se diera cuenta, el joven, varias décadas más joven que ella, había empezado a cortejarla, diciéndole que la edad no era obstáculo para el amor.

«Siempre fue muy educado, galante, e intentó hacerme feliz», recuerda Lidia con cariño.

Cuando Jabarom se graduó, decidió volver a su casa de Zanzíbar y animó a Lidia a que se reuniera con él. En ese momento, Lidia se dio cuenta de que estaba lista para empezar de nuevo. «Mis hijos ya son mayores y tienen sus propias familias. Ahora soy libre», explica.

Lidia tomó la audaz decisión de vender su apartamento de Kiev y mudarse a una isla exótica con su amor.

A sus hijos, sin embargo, no les hizo ninguna gracia. «Estaban disgustados, sobre todo porque me fui sin dejarles la herencia. Pero ahora quiero vivir para mí misma», dice Lidia.

Ahora, Lidia disfruta del calor de Zanzíbar todo el año, ayudando a su marido bordando para mantener su hogar. A pesar de sus problemas de vista, dice que no le molestan porque está contenta.

Por desgracia, la relación con sus hijos se ha deteriorado desde su traslado. «Ya no quieren hablar conmigo», confiesa Lidia. «Sólo mi nieta mantiene el contacto. Nos visitó el año pasado y es la única que me apoya».

¿Qué opina de las relaciones poco convencionales como la de Lidia?

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